La tormenta tropical Jerry avanza rápidamente este jueves por el Atlántico central y se espera que finalmente se fortalezca hasta convertirse en huracán el viernes.
Jerry, que se formó el martes, es la décima tormenta con nombre de una temporada tardía que ha generado tres huracanes en poco más de dos semanas.
La tormenta registraba vientos sostenidos de 105 km/h la mañana del jueves y se encontraba a unos 560 kilómetros al este-sureste de las islas de Sotavento del norte. Hay una alerta de tormenta tropical vigente para la mayor parte de esas islas, sobre las que Jerry pasará rozando entre la noche del jueves y el viernes.
Avanzaba rápidamente hacia el oeste-noroeste a 32 km/h. La velocidad de la tormenta y las condiciones ambientales hostiles a su alrededor impedían un fortalecimiento significativo, pero aún es probable que disminuya su velocidad y se convierta en huracán al desplazarse al norte de las islas de Sotavento del norte a finales de esta semana, según el Centro Nacional de Huracanes.
Jerry llevará algo de viento y lluvia a las islas hasta el viernes, pero los vientos más intensos rugen en su lado oriental y en gran medida evitarán tocar tierra. Se podrían registrar hasta 100 milímetros de lluvia en las islas de Sotavento y partes de las Islas Vírgenes estadounidenses y británicas hasta el viernes, con entre 25 y 50 milímetros alcanzando el este de Puerto Rico.
La tormenta no representa una amenaza para el territorio continental de Estados Unidos, ya que un frente frío se desplazará por la costa este y la desviará mar adentro.
Estos frentes fríos en la costa este se vuelven más comunes en octubre; por ello, las tormentas de final de temporada que se forman en el golfo de México y el Caribe son más preocupantes para EE.UU. Como estas regiones están más cerca de tierra, cualquier tormenta que se forme tiene mayores probabilidades de causar impactos peligrosos.
Un área monitoreada esta semana en el golfo de México por baja probabilidad de desarrollo no se materializó, pero genera más interés un patrón meteorológico propicio para el desarrollo de tormentas que podría establecerse hacia mediados de octubre.
Según un pronóstico emitido la semana pasada por Phil Klotzbach, experto en huracanes y científico investigador de la Universidad Estatal de Colorado, es probable que para entonces se forme un área extensa de mal tiempo que rote sobre la región occidental del Caribe.
Conocido como el Giro Centroamericano, este patrón atmosférico caracterizado por nubosidad y rotación es famoso por generar tormentas de final de temporada. Aún es demasiado pronto para saber si este año dará lugar a una tormenta, pero los meteorólogos vigilarán la zona durante el resto del mes.
¿Final de temporada activo o tranquilo?
Por lo general, se forman cuatro tormentas con nombre en octubre y noviembre, pero algunas temporadas de huracanes terminan con más fuerza que otras.
Los últimos años ilustran esta variación: siete tormentas se formaron durante octubre y noviembre de la temporada pasada, pero solo dos lo hicieron en el mismo período en 2023.
Aunque suele haber menos tormentas al final de la temporada, los últimos años muestran lo destructivas que pueden ser.
El huracán Michael, en 2018, fue el último de categoría 5 en tocar tierra en EE.UU. al impactar el Panhandle de Florida el 10 de octubre. Dos años antes, el huracán Matthew causó estragos en octubre desde el Caribe hasta las Carolinas. Y quizá el más recordado: el huracán Sandy se transformó en un superciclón híbrido a finales de octubre de 2012 y azotó la costa este.
El repunte tardío de la temporada pasada comenzó a finales de septiembre, cuando el huracán Helene devastó el sureste con lluvias catastróficas y fuertes vientos. Culminó con el huracán Milton, que alcanzó de forma excepcional la categoría 5 antes de debilitarse al tocar la península de Florida a comienzos de octubre.
Este año ha ocurrido un repunte similar a finales de septiembre, tras disiparse las condiciones hostiles para huracanes que dominaron el Atlántico a inicios de mes.

Después de que el huracán Erin se intensificara rápidamente hasta convertirse en un monstruo de categoría 5 a mediados de agosto, el Atlántico entró en un periodo de calma. Luego llegó una ráfaga de tres huracanes —Gabrielle, Humberto e Imelda— que se formaron en dos semanas para cerrar septiembre, rompiendo un inusual periodo de quietud.
Los huracanes Gabrielle y Humberto también se intensificaron rápidamente como Erin. Gabrielle alcanzó una fuerte categoría 4, mientras que Humberto se convirtió en el segundo huracán de categoría 5 de la temporada.
Aun así, ningún huracán ha tocado tierra en EE.UU. esta temporada. Si esta suerte continúa hasta finales de noviembre, sería la primera temporada sin impacto de huracanes en territorio estadounidense en una década.
Tomado de: cnnespanol.cnn.com